Si una cosa está clara es que el día después del confinamiento no será igual al de antes de encerrarnos en casa. Pero quizás esta sea la única certeza que tenemos en estos momentos. Todo lo demás son interrogantes acerca de la nueva normalidad en traducción e interpretación.

¿Qué pasará con las conferencias y congresos?

Antes de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, el turismo MICE (reuniones, incentivos, convenciones, ferias y exposiciones) representaba una importante fuente de intercambios comerciales. Además de los organizadores y asistentes a ferias y congresos, empresas y profesionales de diferentes sectores –centros de convenciones, hoteles, restaurantes y locales de ocio, museos, comercios, spas, taxistas y VTC, azafatas, traductores e intérpretes– se beneficiaban del auge del turismo de negocios.

Es muy probable que tras el confinamiento y a medida que se reactiven todos los sectores económicos, haya un periodo –como pasó después de los atentados del 11 de septiembre de 2001– en que haya miedo a viajar. Además, es previsible que se modifiquen las normas aeronáuticas para implantar nuevas medidas de seguridad sanitaria y mantener un cierto «distanciamiento físico».

La interpretación remota, la solución virtual para mantener los negocios

Afortunadamente, existe una alternativa, la interpretación remota, que nos permitirá seguir cubriendo las necesidades de comunicación con los clientes extranjeros. No obstante, esperamos que a medio plazo las conferencias y grandes congresos puedan volver a celebrarse. Ahora bien, sí tenemos claro que de ahora en adelante las modalidades de interpretación presencial e interpretación remota van a convivir y cada una encontrará su nicho de mercado, porque creemos firmemente que hay espacio para todo.

La traducción, clave para reforzar el vínculo con los clientes extranjeros

La pandemia ha obligado a las economías a hacer un parón para centrarse en lo primordial: la salud. Sin embargo, y creemos que es positivo, también nos ha obligado a volver a poner el foco en la esencia que conforma las empresas: las personas y los vínculos que creamos los unos con los otros. La relación con los clientes se ha hecho más cercana, más «humana».

Ahora más que nunca, sigamos reforzando el vínculo que tenemos con nuestros clientes, esa proximidad que hemos ganado, más si cabe cuando se trata de clientes extranjeros. Es el momento de mimar las comunicaciones con nuestros clientes, nacionales y extranjeros.

Si bien en algunos sectores se ha experimentado un parón en la demanda de traducciones y el volumen de trabajo ha disminuido, estamos convencidas de que a medida que se vaya instaurando la «nueva normalidad», la actividad traductoril también se reactivará.

La traducción e interpretación jurada, ante el reto de la digitalización

Asimismo, la operatividad de las empresas va asociada al funcionamiento de las diferentes administraciones. En el caso de la administración de justicia se están buscando soluciones para no acumular un retraso excesivo. También en este caso, creemos firmemente que habrá que echar mano de la tecnología para asegurar la prestación de los servicios de traductores e intérpretes jurados en condiciones óptimas y seguras para todos. Hemos implantado el uso de la firma electrónica para las traducciones juradas escritas y se están desarrollando plataformas seguras y encriptadas que deberían permitir realizar interpretaciones juradas con total confidencialidad.

Pues bien, lo dicho, ahora mismo estos son los interrogantes acerca de la nueva normalidad en traducción e interpretación. Tendremos que ir resolviéndolos poco a poco entre todos… Y como cualquier reto es una oportunidad, ¡confiamos en aprovecharla para resolver las deficiencias que existían antes!

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Fotografía de Tim Mossholder en Unsplash