Hace unos meses, uno de nuestros clientes nos solicitó la traducción jurada de varios certificados. Se presentaba a una licitación internacional y la necesitaba en un plazo bastante ajustado. Sin embargo, por cuestiones técnicas de validación de los certificados digitales de la FNMT en nuestros ordenadores, las firmas digitales constaban como no válidas.

Alertamos al cliente en cuanto detectamos el problema. No queríamos ni por asomo arriesgarnos a que ese «detallito» pudiese poner en peligro su candidatura a la licitación. Tras varios intercambios de correos y llamadas y múltiples intentos, conseguimos resolver el problema y generar los certificados con las firmas validadas.

Tardamos 24 horas en resolver el asunto, pero nos quedamos tranquilas y satisfechas de haber podido resolver el entuerto sin que ello afectara al plazo de entrega. Recibir las gracias sinceras del cliente fue la mejor recompensa a los nervios que pasamos.

¿Cuál hubiese sido la solución cómoda para nosotras? Decirle que nos volviese a mandar los PDF con las firmas validadas, aunque le hubiésemos hecho un flaco favor. Y esta manera de trabajar no forma parte del ADN de Traductam. Queremos facilitarles la vida a nuestros clientes, no complicársela.

Esta anécdota nos llevó a reflexionar sobre lo que necesitan y esperan los clientes de un proveedor de servicios lingüísticos.

¿Qué espera un cliente de su proveedor de servicios de traducción?

De buenas a primeras (y si nos focalizamos en los servicios que ofrecemos), diríamos que busca un profesional de la lengua, que sepa transmitir su mensaje en el idioma del público a quién se dirige o un gestor de proyectos que sepa buscarle el equipo adecuado.

Pero la experiencia nos ha demostrado que en realidad el cliente busca a un proveedor con unas características determinadas:

  • Agilidad
  • Eficacia
  • Flexibilidad
  • Resolución
  • Puntualidad

Agilidad y eficacia

Responder rápidamente a las solicitudes y mensajes transmite seriedad y da confianza a nuestros interlocutores. No se trata de estar disponible las 24 horas del día, de lunes a domingo, pero tienen que saber que estamos ahí y que pueden contar con nosotras.

En el caso de los presupuestos, nosotras siempre procuramos presentarlo al día siguiente de la solicitud. Y algunas traducciones cortas exprés las entregamos en menos de 24 horas.

Flexibilidad

Cada cliente tiene sus necesidades e inquietudes, y lo que sirve para uno no sirve para otro. Es primordial estar a la escucha para ofrecer la solución que mejor se adapte a ese cliente. Cada proyecto es único y contar con una metodología de trabajo flexible nos permite amoldarnos a cada caso.

Por ejemplo, enviar la traducción jurada con la firma electrónica por correo electrónico o insertar los contenidos traducidos directamente en la plataforma web del cliente.

Resolución

Ser reactivas nos permite dar una respuesta óptima, aunque surjan contratiempos.

Encontrar al mejor profesional que encaje en el proyecto, resolver una incompatibilidad de formato, avisar de errores detectados en el original, etc.

Puntualidad (no está de más recordarlo)

En 20 años siempre hemos entregado los proyectos en el plazo acordado. Saber que recibirán sus traducciones a tiempo da mucha tranquilidad a nuestros clientes.

En definitiva, como proveedor de servicios de traducción, el cliente encontrará en nosotras a alguien con quien sea fácil trabajar y que le permita despreocuparse de las cuestiones lingüísticas para centrarse en lo realmente importante para él: su negocio.

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Fotografía de Clem Onojeghuo en Unsplash