Ayer estaba en cabina y, de pronto, algo me llamó la atención: la colega de la cabina contigua estaba imitando los gestos de la oradora mientras traducía. Sonreí. Yo hago exactamente lo mismo… e imagino que la gran mayoría de mis colegas también. Los gestos ayudan a la comunicación y, en el caso de los intérpretes de conferencia, nos ayudan a encontrar la palabra adecuada.

¿Por qué los intérpretes de conferencia necesitan ver al orador?

Los intérpretes siempre insistimos en ver al orador, y no es baladí. El lenguaje corporal o no verbal representa el 65 % de la comunicación humana y solo el 35% viene del discurso hablado. Así pues, para garantizar una buena comprensión, es primordial ver además de oír.

¿Os habéis dado cuenta de lo difícil que es entender por teléfono a alguien que habla en una lengua extranjera? Es porque nos falta un gran porcentaje de los elementos que nos permiten entender. Necesitamos ver para saber si el orador está contento, está enfadado, está siendo irónico… O bien, como el ejemplo que inspiró este artículo, describiendo un proceso. Es lo que se denomina comunicación paralingüística, es decir, la comunicación que acompaña al discurso oral y lo complementa para darnos el pleno significado.

Cuando hablamos (o escuchamos), nuestra atención se centra en las palabras más que en el lenguaje corporal. Aunque nuestro juicio incluye ambas cosas. Una audiencia está procesando simultáneamente el aspecto verbal y el no verbal. Los movimientos del cuerpo no son generalmente positivos o negativos en sí mismos, más bien, la situación y el mensaje determinarán su evaluación.

Givens, David B. (2000). Body speak: what are you saying? Successful Meetings. Pág. 4

La comunicación verbal puede ser muy ambigua

Por otro lado, algunos estudios como los del psicólogo Albert Mehrabian, actualmente profesor emérito en UCLA, han demostrado que en ciertas situaciones la comunicación verbal es muy ambigua, como sería el caso de los sentimientos o actitudes. En estos casos, solo el 7 % de la información se atribuye a las palabras, mientras que el 38 % se atribuye a la voz (entonación, proyección, resonancia, tono, etcétera) y el 55 % al lenguaje corporal (gestos, posturas, movimiento de los ojos, respiración, etcétera).

Pero entender correctamente es solo la mitad del trabajo del intérprete de conferencias. Una vez entendido, debemos versar el discurso en la lengua de nuestros oyentes, por lo que también reproduciremos toda la comunicación paralingüística (como mínimo la atribuible a la voz) del orador: intentaremos imitar su cadencia, la emoción que imprime a sus palabras, la velocidad. ¿Os podéis imaginar un discurso encendido de Fidel Castro, por ejemplo, en un tono monocorde?

Como veis, todo influye en el éxito de una comunicación. Y, aunque solo sea por pura curiosidad, la próxima vez que estéis en una conferencia, giraos y mirad todo lo que hacen los intérpretes para que la comunicación llegue a buen puerto.

Para profundizar en el tema:

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Fotografía de McKenna Phillips, Unsplash.