«El lenguaje es la manera de construir nuestro pensamiento y, por consiguiente, de comprender el mundo y de erigir nuestra cultura. Mediante el uso o la omisión de algunas palabras para definir o dirigirnos a determinados colectivos, estamos invisibilizando su existencia o, al contrario, mejorando y dando valor a los otros.»1

El lenguaje inclusivo engloba las formas lingüísticas que pretenden desmasculinizar el lenguaje. Adoptar un lenguaje no excluyente ayuda a visibilizar a las mujeres y a las personas no binarias, además de romper los estereotipos y los roles de género.

Todo comienza con el género

Nos guste o no, vivimos en una sociedad androcentrista. La psicóloga Sandra Pipstic Bem define el androcentrismo como la tendencia a considerar a los hombres -dejando por lo tanto, de lado a las mujeres o a cualquiera que no se considere varón- como la norma de nuestra especie, y por tanto a situarlos en el centro de nuestras preocupaciones.2

Durante siglos, se han considerado las normas masculinas como estándares neutrales. El lenguaje no ha escapado a este hecho y tenemos tendencia a ver el mundo a través de una perspectiva masculina. Los estereotipos de género (atribuir características a niñas y niños, mujeres y hombres) y los roles de género (rasgos psicológicos, comportamientos, roles sociales o actividades asignadas a hombres o mujeres) siguen arraigados en nuestra sociedad, aunque las formas de pensar estén evolucionando.3

La forma gramatical femenina solo tiene un significado específico, el femenino; mientras que la forma gramatical masculina tiene un significado específico, pero también se utiliza como marcador del género neutro. Sin embargo, cuando se utiliza un término masculino en sentido genérico, es difícil evitar las representaciones mentales masculinas.

Tomemos como ejemplo la siguiente frase: «Los estudiantes harán el examen mañana a las 10 de la mañana».

Este grupo puede estar compuesto por el mismo número de chicas y chicos, solo por chicos, pero también por un solo alumno y 19 alumnas, por ejemplo. En este último caso, ¿no sería mejor decir «las estudiantes harán el examen mañana a las 10 de la mañana»? ¿Tiene que prevalecer siempre el género masculino?

Técnicas para adoptar el lenguaje inclusivo

Adoptar una redacción inclusiva permite que las personas no binarias y las mujeres recuperen el lugar que les corresponde. Para que estos colectivos se sientan representados en el discurso, tanto escrito como oral, se pueden utilizar varias técnicas.

Técnicas de redacción inclusiva

Neutralización para hacer visibles a las personas no binarias

He aquí algunas técnicas a las que podemos recurrir con propiedad para visibilizar a las personas no binarias.

  • Omisión:A los participantes les encantó el espectáculo > El espectáculo fue precioso 
  • Sustitución por el grupo o cargo: El director/la directora > la dirección, Los profesores > el personal docente
  •  Términos epicenos e invariables: Persona, pareja, ser humano
  •  Metonimia: Gracias al programa de mentoría, hemos conservado el talento en la empresa.
  • Estilo directo: Los usuarios deben rellenar el formulario > Rellenad el formulario
  •  Invención de neologismos: Por ejemplo, la creación de los pronombres neutros «elle, elles» y la terminación en «-es» para designar a las personas no binarias.

Visibilización de las mujeres

Las representaciones mentales que se generan al explicitar la presencia de mujeres o de una mujer en un grupo simplemente incluyen más mujeres.1

  • Desdoblamiento de género: Las traductoras y los traductores; Las cirujanas y los cirujanos
  •  Alternativas gráficas: Aunque es frecuente utilizar la barra (/), el guion (-) y la arroba (@) para referirse a personas de diferentes sexos, recomendamos evitar el uso de estos signos gráficos. Si bien es verdad que presentan la ventaja de la economía gráfica, tienen la dificultad de dificultar la legibilidad del texto y la lectura en voz alta. Además, ¡las mujeres merecen un lugar propio! Por ejemplo: Estimado/a client/a; Tod@s l@s niñ@s asistirán a la función.

Pero también…

Alternar el uso del femenino y el masculino en los ejemplos, es una forma sencilla de limitar la omnipresencia del masculino genérico.

Algunas personas van más allá y deciden utilizar el plural femenino como plural genérico, especialmente en profesiones y oficios con predominio de mujeres, como la traducción.

También se puede utilizar la concordancia de proximidad y hacer la concordancia en femenino si la palabra más cercana al adjetivo es femenina.

 

El uso del lenguaje inclusivo permite desmasculinizar el lenguaje y, por tanto, visibilizar a las mujeres y a las personas no binarias. El mundo y las mentalidades cambian y el lenguaje evoluciona para reflejar estos cambios. Con la práctica, es fácil adoptar un lenguaje más inclusivo y acostumbrarse a su uso.

Si deseas adoptar el lenguaje inclusivo en tu empresa, ponte en contacto con nosotras. ¡Estaremos encantadas de asesorarte!

Para profundizar en el tema:

  • 1. Cita de la guía práctica de lenguaje inclusivo de Chrysallis, la asociación de familias de infancia y juventud trans ()
  • 2. Traducción de una cita extraída del ensayo Le cerveau pense-t-il au masculin ? de Pascal Gygax, Sandrine Zufferey y Ute Gabriel
  • 3. Traducción de una cita extraída de la guía Guide pratique pour une communication publique sans stéréotype de sexe, del Haut conseil à l’égalité entre les femmes et les hommes
  • Guía de uso para un lenguaje igualitario, redactada por Mercedes Quilis Merín, Marta Albelda Marco y Maria Josep Cuenca. Universitat de València y Tecnolingüística, S.L. 2012.
  • ¿Es sexista la lengua española? Artículo de Álvaro García Meseguer publicado en Panace@ Vol. 2, N.º 3. Marzo, 2001
  • Podcast: Lenguaje inclusivo, con Mercedes Quilis. Con la lengua fuera.
  • Guía de comunicación no sexista. Instituto Cervantes. Ed. 2021.
  • Ni por favor ni por favora. María Martín Barranco. Editorial Catarata.
  • Punto en boca. María Martín Barranco. Editorial Catarata.

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