¿Qué tenemos en común intérpretes y actores? Yo creo que más de lo que pudiera parecer, puesto que los intérpretes somos las voces de otras personas, nos metemos en su piel y modulamos sus palabras y sus pensamientos, igual que los actores hacen con sus personajes.

La comunicación: ¿solo cuestión de palabras?

La comunicación humana no solo se transmite mediante el significado literal de palabras pronunciadas. Muchas veces, es justo al revés. Lo que queremos decir es justo lo contrario de lo que decimos. Entran en juego la modulación de la frase, la entonación, el lenguaje corporal, etc. Infinidad de elementos que caracterizan nuestra humanidad.

Y ahí entra otro concepto que me parece importante: la empatía. Yo personalmente me meto mucho en los temas, y acabo sintiéndome muy cercana al orador. Eso es algo que no pueden hacer los robots. Las máquinas no entienden de sentimientos, ni de ironía, ni de bromas. Ahí es donde se demuestra la complejidad de la comunicación humana.

Las máquinas no captan las sutilezas

Existe una robot humanoide, Sophia, que es capaz de mantener conversaciones sencillas. A primera vista, podría parecer que se comunica, pero no sería capaz de entender una frase irónica como «¡Menudo profesional!» al referirnos a un actor que entra borracho a escena y se olvida de su texto. De hecho, este es el gran escollo con el que se topa la comunidad científica que trabaja con la inteligencia artificial: las máquinas no entienden las metáforas, ni la ironía, el sarcasmo o el humor. Y si entramos en la descodificación de distintas lenguas, en los distintos modos de entender el mundo y en los distintos códigos de etiqueta, entonces creo que los humanos ganamos a las máquinas por goleada.

Personas y máquinas no son excluyentes. La inteligencia artificial está aquí y se está desarrollando a pasos agigantados. Sin duda nos servirá para hacer muchas de las tareas más tediosas y aburridas. Ya nos ayuda a mantener la coherencia en las traducciones y nos ayudará en breve en cabina con las cifras, por ejemplo. En este tipo de cosas es donde sobresalen las máquinas.

El factor humano

La semana pasada tuve la oportunidad de asistir a la junta directiva de una asociación feminista internacional que aplicaba la esencia del feminismo en todos sus procedimientos, es decir, la empatía, la escucha activa, y la amabilidad. Y tanto es así que, de vez en cuando, nos preguntaban a las intérpretes cómo nos sentíamos. ¿Qué hubiera contestado la robot Sophia? Sinceramente, creo que la importancia del factor humano está lejos de quedar obsoleta.

Para profundizar en el tema:

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