Gracias a los avances tecnológicos, al 5G y la mayor velocidad de conexión a internet, así como su generalización por todo el planeta, se han abierto las puertas al desarrollo de nuevas modalidades de interpretación que permiten ahorrarnos desplazamientos, tanto de los interlocutores como de los intérpretes. La pandemia del Covid-19 no ha hecho más que acelerar este proceso.

Gracias a estos avances, ahora podemos garantizar una interpretación de calidad sin necesidad de que el intérprete (ni los interlocutores) estén en el mismo lugar. Se trataría de una interpretación simultánea o una interpretación consecutiva a distancia, según la modalidad que se escoja.

No obstante, hay que asegurar unas mínimas condiciones técnicas para garantizar el éxito del servicio. Para que todo vaya como la seda, es importante que tanto los interlocutores como los intérpretes dispongan de una conexión a Internet potente, con cable ethernet, así como auriculares y micrófono de calidad para asegurar una calidad de sonido óptima.

¿Por qué insistimos tanto los intérpretes en el sonido?

La calidad del sonido necesaria para garantizar una buena interpretación es mucho más superior que sencillamente para escuchar. He aquí un símil muy útil que nuestro colega Andy Gillies ofrece: imaginemos que tenemos que pasarnos el día leyendo un texto borroso, en el que algunas palabras directamente son ilegibles. Pues bien, esto es lo que nos llega a los intérpretes si la calidad del sonido no es suficiente. Si no lo escuchamos todo bien, es imposible que podamos traducir con la máxima calidad.

Una calidad de sonido insuficiente equivale a leer un texto borroso

¿Cuándo es útil usar la interpretación remota?

La interpretación remota ha llegado para quedarse. Es una opción dentro de todo el abanico de posibilidades que tenemos a nuestra disposición. Puede ser muy útil para reducir los gastos de viaje de los participantes en una reunión de trabajo, por ejemplo. Las plataformas que permiten realizar videoconferencias (con interpretación) son realmente útiles, pero jamás podrás sustituir las sinergias que se crean durante un encuentro en vivo.

Imaginemos que eres un empresario y quieres contactar con un posible cliente extranjero. Quizás no tengas las arcas (o la cuenta bancaria) rebosantes, y puede ser útil hacer un primer contacto de forma remota. Cada uno en su despacho y la intérprete en el de todos haciendo de verdadero puente de comunicación. Así, una vez que tengas afianzado al cliente, ya invertirás en ir a visitarlo… ¡el contacto en persona sigue siendo imprescindible!

Imaginemos ahora que participas en un proyecto internacional con reuniones regulares. Igual puede ser interesante en un momento dado organizar una reunión remota, por ejemplo, para preparar futuros encuentros sin que se resientan los fondos otorgados. Se ha demostrado que este tipo de reuniones remotas son muy útiles para ir al grano, para avanzar en un tema, pero no para crear las conexiones humanas que todo buen equipo necesita.

Imaginemos finalmente que necesitas el consejo de un gran experto (un abogado, un médico, etc.) que reside en el extranjero. La consulta es muy puntual y sería demasiado lío desplazarte, pero veros las caras es importante. De nuevo, la interpretación remota puede ser una solución perfecta.

¿Cómo funciona?

Es muy rápido y sencillo. Simplemente solicítanos un presupuesto de interpretación remota, y nosotras te aconsejaremos sobre las distintas plataformas y montaremos el equipo de intérpretes necesarios (según la combinación de lenguas y la especialización). Ahora bien, queremos recalcar que la interpretación remota no difiere de la presencial en lo esencial. Por lo tanto, es indispensable recibir la información sobre el acto y toda la documentación pertinente para llevar a cabo el servicio.

En Traductam nunca perdemos un ápice de profesionalidad. Tendrás un servicio profesional y de calidad, sin costes añadidos y en una plataforma completamente privada, sin ningún intermediario.

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Fotografía del estudio Headway en Unsplash