Recientemente, una colega en LinkedIn explicaba que uno de sus profesores de interpretación les decía que los intérpretes eran la pareja perfecta para jugar al Trivial Pursuit. Lo maravilloso de nuestra profesión es que sabemos un poco de todo. Las traductoras e intérpretes tenemos una profesión eminentemente generalista. Tenemos una sólida base lingüística, conocemos al detalle la lengua, la cultura y la idiosincrasia de los idiomas de los que traducimos, así como de nuestra propia lengua materna.
Pero luego, además, hay que entender los temas de los que traducimos. Por eso nos especializamos, además de tener una vasta cultura general.
La curiosidad… quizás mató al gato, pero dio la vida al intérprete
Creo firmemente que sentir curiosidad por todo es la condición sine qua non de una buena profesional. Debemos interesarnos por todo y sentir la pulsión por aprender de todo y sobre todo.
Pero no es suficiente con la curiosidad, debemos seguir formándonos durante toda la vida. Estudiar, estudiar y estudiar.
El secreto: estudiar
Interpretar no es solo llegar al sitio, abrir el micrófono y hablar. El trabajo empieza mucho antes.
Durante días o semanas estudiamos sobre el tema del evento. No se trata solo de tener una gran competencia lingüística y terminológica, que también. Una gran comprensión conceptual del tema o de la ideología del ponente, según el caso, nos permitirá pasar el mensaje correctamente.
En un mundo ideal, el cliente nos habrá pasado las ponencias y los documentos que se tratarán en dicha reunión. Así, nos familiarizamos con el tema y con el vocabulario exacto del encuentro. Pero no siempre es así, por lo que a veces jugamos a detectives, y tenemos que empaparnos de documentos sobre el tema para familiarizarnos y sacar el vocabulario pertinente.
Los estudios dicen que, por cada día de interpretación, necesitamos tres días de estudio. Y no se equivocan.
La clave del éxito
Cuando se trata de eventos científicos y técnicos, donde se habla de los últimos avances, de estudios en curso o de ensayos clínicos, por ejemplo, la colaboración con el cliente es todavía más importante.
En este caso, es primordial que se nos facilite la documentación para poder garantizar luego una interpretación de calidad. Los intérpretes no somos loros y para que el público entienda, debemos entender nosotros primero. Así pues, el estudio previo es clave para poder garantizar el éxito del evento.
En definitiva, si se incluye a la intérprete como parte del equipo, se le pasa la documentación con antelación y la comunicación fluye con ella, todo irá a las mil maravillas.
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