La tecnología está cambiando radicalmente nuestra forma de vivir y de trabajar. Todos los expertos coinciden en este punto. Y ni la traducción ni la interpretación van a quedarse al margen de todas estas novedades, tampoco sería bueno que se quedaran ancladas en otros tiempos. La tecnología en el mundo laboral tiene que hacernos la vida más fácil y ágil, no sustituirnos completamente. Como dijo un ponente en un trabajo reciente que realizamos para el sindicato internacional de estibadores, «las máquinas no cotizan para las jubilaciones». Por consiguiente, como sociedad, tenemos que encontrar el equilibrio entre lo que pueden hacer las máquinas y lo que deben seguir haciendo los humanos. El hecho de que haya una máquina de por medio no significa necesariamente que no haya un humano detrás.

La interpretación remota o a distancia

Actualmente, en el sector de la interpretación estamos viviendo una gran revolución: la interpretación remota o a distancia. Se abre la posibilidad de que el intérprete no se desplace hasta el lugar de la reunión, sino que interprete desde su oficina o su casa mientras que el cliente-oyente escucha la prestación a través del teléfono móvil. Pero ya sea presencial o en remoto, la calidad no debe en ningún caso verse afectada. La interpretación, como la traducción, es una tarea eminentemente artesana, y difícilmente una máquina logrará pillar los matices, las bromas o los distintos acentos de los oradores.

Así pues, no debemos permitir que la calidad se resienta por perder de vista todo aquello que un buen intérprete profesional necesita para realizar un buen servicio, ni por olvidar que quien nos permite entendernos es un ser humano y no una máquina, aunque lo haga a través de una app.

Sea cual sea la modalidad, para una interpretación óptima el intérprete necesita estudiar el tema y el vocabulario con anterioridad y, para ello, necesita recibir del cliente el máximo de documentación posible con tiempo suficiente (véase 10 consejos para un congreso del 10). La tarifa de interpretación debe tener en cuenta también toda la preparación previa y no solo el tiempo que dura la conferencia.

Las herramientas de asistencia a la interpretación (CAI)

Pero la tecnología no solo revoluciona la forma de realizar la interpretación, sino también la forma que tiene el intérprete de prepararse y de asegurar la calidad de la terminología que debe usar.

Las herramientas de ayuda a la traducción (herramientas CAT) llevan tiempo en el mercado y son de uso habitual entre los traductores de escrita. Ahora han surgido toda una serie de herramientas de asistencia a la interpretación (herramientas CAI) que pretenden facilitar la preparación de glosarios, la memorización de la terminología y, en un futuro próximo, ayudar con cifras, siglas y terminología en tiempo real en cabina mientras se interpreta, gracias a una herramienta de reconocimiento de voz automático (ASR por sus siglas en inglés).

Esta tecnología está todavía en fase de investigación, pero es una vía interesante que seguiremos atentamente. Como bien dice Anja Rütten, intérprete de conferencias y profesora en la Escuela Técnica Superior de Colonia, «identificar la terminología difícil y ofrecer posibles traducciones es un buen ejemplo de cómo los ordenadores pueden apoyar a los intérpretes en un área bien definida en la que probablemente son superiores y, por lo tanto, dejar la capacidad cognitiva para entender el contexto, el objetivo y el sentido del mensaje que hay que interpretar a los humanos, que están más capacitados para ello».

Según otros tres intérpretes profesionales, Alexander Gansmeier, Jonathan Downie y Alexander Drechsel, autores del podcast Troublesome Terps, «predecir la terminología difícil y ofrecer sugerencias al vuelo es una idea fantástica, pero a día de hoy aún es difícil saber exactamente cómo funcionará en condiciones reales». Además, a los intérpretes les preocupa que las herramientas CAI sean un elemento que desconcentre más que una ayuda en cabina.

Por lo tanto, deberemos seguir de cerca los desarrollos futuros de esta tecnología prometedora y ver sus posibles aplicaciones en el campo de la interpretación profesional.

Para profundizar en el tema:

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Fotografía de Samuel Zeller en Unsplash.